miércoles, 21 de diciembre de 2011

No es bueno que el hombre esté solo.


Con esta lectura, mi hermana nos deleitó en mi boda. La elegimos por el mensaje. Género aparte, siempre he pensado esto.  Yo soy más YO desde que estoy con Él.
Me he desarrollado como persona, como mujer y como madre a su lado. Y es el protagonista último de mis mayores alegrías.

Hoy es 21. Como cada 21 de estos últimos 13 años, lo hemos celebrado.  A veces ha sido un "¡Feliz 21!", a veces ha sido una cena, a veces ha sido un desayuno... pero han sido. Cientosesentaidós veces. Sin fallar.

Pese a nuestras discusiones y frustraciones, sabemos que sería difícil ser sin el otro. Y tenemos un día al mes en que recordamos aquel lejano veinte de madrugada. Porque ese día oficializamos lo que ya sabíamos que ocurriría el resto de nuestra vida. La boda fue un trámite, divertidísimo, por cierto.


Esta mañana he hablado con mi abuela por teléfono:
-Yaya, te tengo que colgar que hoy es 21 y he quedado para comer con Manuel.
-¡Ay mi chica!¡qué gusto me da que me digas eso! 
Yo también celebro todos los meses desde hace 29 años... pero es el día 28. Cuando lo enterramos. Por eso aprovechaos el uno al otro. Que cuando uno falta, el otro se queda cojo para toda la vida y, aunque se puede caminar, no es lo mismo.

Puede que la pérdida de alguien con quien llevas gran parte de tu vida idealice un poco la relación que se tuvo. Pero es natural...los buenos momentos suelen ser los recordados. Y al fin y al cabo, el hombre es causante del cincuenta por ciento inicial de convertir en madre a una mujer. Difícil no estar agradecida. Si a esto se le añade el amor, la compañía, la amistad y todo lo bello que tiene una pareja, es lógico que los puntos negros sean imperceptibles tras 1, 5, 29 años.

Quería apartarle de la cabecita el recuerdo de la pérdida y le pregunté por el día de su boda. Nunca se lo había preguntado antes. Un 30 de diciembre del año 1954. 

Se fueron de luna de miel a Madrid. " A la calle más famosa y céntrica: la Castelar*".
- ¡Será Castellana¡
- Pues esa. Que bajabas por una callecita y enseguida estabas en la Puerta del Sol.

Y tan tranquila se quedó. Algo me dice que era Gran Vía. 
Me dijo que no salieron del hotel la noche del 31 "porque había mucha gente en la calle" y le daba miedo...
"Fueron dos días, pero me gustó mucho salir con mi marido del pueblo"

Nunca me canso de escuchar sus recuerdos.

Puede que la maternidad Navidad me haya enternecido sobremanera, pero me gustaría hacer algo la próxima semana. Me gustaría llevarla ahí. A Madrid. A Sol. Y me gustaría fotografiar ese momento de re-descubrimiento. Quiero ver su cara, escuchar cuánto ha cambiado, y reírme de su ausente sentido de la orientación tratando de buscar su hotel. Quiero cogerle de la mano cuando se ponga nerviosa por la gente. Quiero que vea que aún le queda mucho por vivir, por sentir. Que no está muerta.

Quiero tachar de mi lista las cosas por hacer y hacerlas. Vivirlas y disfrutarlas plenamente. E inculcarle este amor a la vida a mi hija.

De las cosas que más me arrepiento en mi vida son las que no he emprendido. 

Gracias, Manuel, por no cortar mis alas. Por darme viento para alzar el vuelo. Por agarrarte a mis pies y pivotar mi camino.

¡Feliz 21!

CLC

*Calle céntrica y de comercios, sí... pero de Alcázar de San Juan, ella no conoce la de Madrid.

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