viernes, 9 de julio de 2010

Mi lactancia


PUBLICO ESTE POST ESCRITO HACE TIEMPO Y COMPLETADO RECIENTEMENTE
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Hoy soy feliz...me he depilado!

El tema es que la chica que me depila también está embarazada de una niña. María se llamará la princesa.
A Laura, la esteticista, le ha impresionado el tamaño de Celia. Lo que más le ha llamado la atención ha sido que únicamente sea mi teti la que la alimenta. Ella, dice, nunca había visto a un bebé así sin leche de fórmula (¿?). Ante my poker face, ella me ha comentado que es difícil continuar con la lactancia tras el primer mes.
Dice que el cansancio y desgaste de dormir poco hace más interesante la introducción de otro modo de alimentación en el que delegar. "Total, el primer mes es lo importante"

Yo trato de morderme la lengua. Cuando las pro-teta hablamos, suelen dejarnos caer que no respetamos a quienes elijen no dar el pecho.
Bien, quiero dejar claro que respeto cualquier opinión. Respeto que cada mujer es libre de hacer lo que quiera con tal de sentirse bien. Faltaría más.

Pero es que dudo tanto que una mujer sin un motivo realmente justificado -para mí la comodidad no es un motivo, estas mujeres seguro que van a un gimnasio o se depilan el labio superior o han llevado tacones- se sientan bien privando a su hijo -SU HIJO- de algo tan importante como la lactancia materna.
No se trata solo de su alimentación. Se trata de su seguridad, de su apego, de su lugar tranquilo y seguro. De su paso progresivo a la vida.

Considero, por tanto, antinatural el cese voluntario por razones tan egoístas. Mi hija es parte de mí, lo que más quiero, ¿cómo no voy a darle lo mejor? ¿cómo no donarle salud física y mental? ¿acaso no es eso amor incondicional? ¿no se trata de esto?

He decidido este título para el post porque considero que en el mundo de la lactancia hay un amplio abanico de sensaciones, costumbres y vivencias. Cada madre tiene su propia lactancia.
La mía ha pasado diferentes etapas:

-Dolorosa durante el primer mes. Pese a haberme empollado libros y talleres al respecto, no conseguí evitar el dolor y grietas en pezones. Hice del purelan mi aliado en detrimento de las técnicas naturales -que me resultaron menos efectivas- como utilizar mi propia leche y dejar el pezón al aire para que cure.

-Insegura durante el segundo y tercer mes. Aunque Celia cogía mucho peso y tenía una aspecto sano, el dolor sentido anteriormente hizo tambalear mi fe en lo aprendido. Mi postura era correcta y el agarre parecía perfecto, no entendía qué falló. Pero lo que hizo plantearme el arrojar la toalla fue la aparición de los cólicos. Seguí las recomendaciones de Carlos González a pies juntillas y nada funcionó. Las noches eran horribles, es muy difícil ver como sufre tu hija y no puedes hacer nada más que darle amor.

-Feliz durante el cuarto mes. Los cólicos no han cesado a día de hoy, han mejorado eso sí. Creo que hice -y hago- todo lo que pude y tomé la decisión de continuar con la teta. Celia no ha tenido ni un amago de enfermedad. Ahora pienso que puede que no sea la responsable de sus cólicos.

Pese a estos problemillas, debo estar agracecida porque Celia es muy tragona y le encanta la teta.

En la revisión de los 4 meses pesó 8,350 kg y midió 66 cm. Una barbaridad. Estoy muy contenta, pero no negaré que el exceso de peso pudo preocuparme en un primer momento. El caso es no ser feliz...

Continuaré con la LME hasta los 6 meses y a partir de ahí comenzaré a introducir alimentos, muy poco a poco.

Si alguien está embarazada y me lee le pediría que se escuchase. Que no hiciera caso omiso a sus miedos. Estos miedos buscan respuestas. Información. Cuando esta parte está satisfecha, la plenitud te hace afrontar con alegría y seguridad la maternidad.

CLC.

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